El debate en la función legislativa

Lunes 15 de marzo de 2021. El representante popular como legislador e interlocutor político de la sociedad, debe buscar incidir en la conciencia y en la construcción histórica del Estado conduciendo cambios en la dinámica social.

La función legislativa es la actividad más importante que tiene, la ejerce cuando presenta iniciativas de nuevas leyes o de reformas y adiciones a leyes existentes; cuando participa en los trabajos para dictaminar las iniciativas y minutas; cuando interviene en las deliberaciones, tanto al interior de su grupo parlamentario, como en las comisiones y en el pleno, donde los dictámenes son presentados para ser discutidos, aprobados o desechados.

Este escenario advierte claramente que el debate que se producen en medio de intensas negociaciones políticas entre el Ejecutivo, los legisladores y los factores del poder tiene una enorme importancia; pero además, debe tenerse en cuenta que hay un debate social en el que quien es representante popular, tiene que participar si quiere ser considerado por la opinión pública y por su partido como un actor político de relevancia y méritos.

Este debate social se genera con los equipos de colaboradores; en los círculos familiares y de amistades; con los electores de su distrito; con los medios de comunicación, con emisión de boletines y mediante entrevistas en radio, periódicos, revistas y televisión; con pláticas, reuniones y conferencias con organizaciones y asociaciones de la sociedad civil; así como en las redes sociales, entre otras actividades de socialización de la información y de mercadotecnia política.

Otro ámbito en el que los legisladores tienen que expresarse y acreditar su presencia como conocedores y actores políticos comprometidos, es participar activamente en el denominado parlamento abierto. Este es unespacio propicio donde la inteligencia social se activa y genera importantes y razonables aportaciones. Empero, las cámaras que han implementado esta práctica legislativa, irresponsablemente menosprecian la importancia de sus trabajos y contribuciones, ignorando el poder político que tiene la sociedad en el proceso de gobierno.

Las cámaras del Congreso de la Unión y los Congresos Locales, deberían fortalecer y generalizar esta modalidad, ya que incorporan la participación de organizaciones sociales y privadas a la práctica legislativa, lo que fortalece y legitima la aprobación o el rechazo de los proyectos de ley.

En función a la importancia del tema, el pleno cameral o las comisiones legislativas, convocan a organizaciones y asociaciones interesadas en intercambiar y formular consideraciones y propuestas sobre los proyectos de iniciativas de leyes nuevas, o de reformas y adiciones al marco regulatorio vigente, agendadas para dictamen o aprobación.

Todas estas actividades imponen a los legisladores el deber de conocer, comprender y entender todos los asuntos legislativos que se tratan en las cámaras, para informar a los medios de comunicación nacionales y locales, y en particular a la ciudadanía de sus distritos, el interés y lo sustantivo de las iniciativas, los propósitos, los beneficios, los problemas que resuelve la ley aprobada, las demandas que se satisfacen; y para explicar de manera congruente y consistente el sentido de su voto, en favor o en contra del asunto legislativo de que se trate. Es decir, las razones por las cuales aprobó, se abstuvo o rechazó el dictamen en cuestión.

La función legislativa facilita el desarrollo coordinado del ejercicio de sus atribuciones administrativas, de control y de gestión, y le permite establecercon diferentes instancias de los gobiernos federal y locales, organizaciones y asociaciones, dirigentes partidistas, actores políticos y electores, un acercamiento y empatía que concrete acciones de colaboración y apoyo recíprocos, lo que propiciaría que la función de control, de importancia toral para la democracia, se erija como auténtico contrapeso del poder ejecutivo.

La función legislativa se ve limitada en su ejercicio debido a las complicadas exigencias técnicas que hoy reclama la formulación de los proyectos de ley, lo que ha provocado que esta función se transfiera cada vez más hacia el Poder Ejecutivo; empero, el control del Legislativo sobre el Ejecutivo desde el punto de vista de la sanción de los proyectos de ley, sigue siendo preponderante en beneficio de la preservación del orden constitucional.

Los parlamentarios, deben reconocer que la función legislativa, al vincularse con el tema de la reelección continua a la que tienen derecho, es un asunto relevante que tiene que valorarse, porque aprobada para reconocer un desempeño parlamentario de calidad; una mayor profesionalización; y honrar con responsabilidad política la distinción de servir en un órgano de representación nacional, y no malograr este privilegio con actos de sumisión y obsecuencia, como el aprobar cualquier iniciativa que les manden sin cambiarle ni una coma, pero “…No se puede esperar independencia dentro de la dependencia, ni libertad dentro del dogmatismo…” (Diego Valadés)

Estas actitudes, parecen configurar el fracaso de la reelección continua de legisladores en los términos previstos por la reforma política, ya que las cámaras se siguen integrando con políticos rutinarios, inexpertos y dogmáticos, que no han sabido ser auténticos intermediarios de sus electores y se han concretado a seguir la inercia e instrucciones de sus partidos.

Sin importar esta circunstancia, para el próximo proceso electoral, vemos que muchos de los actuales diputados federales y locales, han manifestado su intención de ejercer su derecho a la reelección, sin embargo, ignoran si el impacto real de su trabajo es apreciado por la sociedad y por sus electores. Lo único que les importa es optar por la reelección u otra posición política de su interés.

En este propósito el legislador avanza en la consolidación de su proyecto político vislumbrando distintas oportunidades como la ya mencionada reelección, o lograr la candidatura al gobierno de su estado, o a una diputación local, o bien incorporarse al Poder Ejecutivo federal o local, o a un puesto en la dirigencia de su partido.

En efecto, Diego Valadés nos dice al respecto que: “El Congreso sirve también para formar cuadros políticos de los que se nutre interiormente el propio Congreso y aun el Poder Ejecutivo… es el centro de representación de los diversos intereses que existen, que laten, que actúan, que viven en una sociedad, en una comunidad política y, desde luego el Congreso legisla.” Esto deberían tenerlo presente.

Agenda

  • El presidente López Obrador mostrando un total desconocimiento de la Constitución y del sistema judicial, informó que pedirán al Poder Judicial de la Federación que revise el proceder del juez que otorgó la suspensión de todos los efectos de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), ya que sería el colmo que el Poder Judicial estuviese al servicio de particulares.

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